El presidente costarricense Óscar Arias presentó un nuevo plan de paz de once puntos que contempla el retorno de Manuel Zelaya a la presidencia el lunes 27 con un poder acotado y con una comisión internacional de verificación que supervisaría el cumplimiento de los compromisos suscritos.
El Plan Arias ya no demanda la restitución inmediata y sin condiciones de Zelaya al poder. El propio presidente de Costa Rica dijo que la propuesta es más equilibrada y flexible para las dos partes.
El punto toral de la nueva oferta es la constitución de una comisión de verificación que supervisaría de cerca el estricto cumplimiento del acuerdo, que contempla la renuncia por Zelaya a modificar la Constitución de modo directo o indirecto y la constitución de un gobierno de unidad nacional, con representación de todos los partidos políticos.
Asimismo, un mes antes de los comicios, el Tribunal Nacional Electoral asumiría el mando de las Fuerzas Armadas para garantizar la imparcialidad del proceso. La constitución de la comisión de verificación con participación de la OEA y de autoridades nacionales e internacionales de prestigio tiene gran importancia porque en Honduras no se tiene confianza en que Zelaya cumpla los compromisos una vez reasuma la presidencia.
Rixi Moncada, jefa de la delegación del presidente Zelaya, rechazó la propuesta y pidió a Arias que convoque a los presidentes centroamericanos y a la OEA para que obliguen al régimen de facto a dejar el poder. El Plan Arias se redactó a partir de una propuesta del ministro de Asuntos Exteriores de Honduras, Carlos López Contreras, que ya lo presentó al presidente de facto Roberto Micheletti.
La iniciativa del canciller, jefe del equipo negociador en San José, fue bloqueada por la Corte Suprema de Justicia (CSJ). La Corte argumenta que Zelaya fue destituido por un mandato judicial y "no puede reasumir la presidencia". El Congreso se iba a reunir a última hora del miércoles para definir su posición.
El punto toral de la nueva oferta es la constitución de una comisión de verificación que supervisaría de cerca el estricto cumplimiento del acuerdo, que contempla la renuncia por Zelaya a modificar la Constitución de modo directo o indirecto y la constitución de un gobierno de unidad nacional, con representación de todos los partidos políticos.
Asimismo, un mes antes de los comicios, el Tribunal Nacional Electoral asumiría el mando de las Fuerzas Armadas para garantizar la imparcialidad del proceso. La constitución de la comisión de verificación con participación de la OEA y de autoridades nacionales e internacionales de prestigio tiene gran importancia porque en Honduras no se tiene confianza en que Zelaya cumpla los compromisos una vez reasuma la presidencia.
Rixi Moncada, jefa de la delegación del presidente Zelaya, rechazó la propuesta y pidió a Arias que convoque a los presidentes centroamericanos y a la OEA para que obliguen al régimen de facto a dejar el poder. El Plan Arias se redactó a partir de una propuesta del ministro de Asuntos Exteriores de Honduras, Carlos López Contreras, que ya lo presentó al presidente de facto Roberto Micheletti.
La iniciativa del canciller, jefe del equipo negociador en San José, fue bloqueada por la Corte Suprema de Justicia (CSJ). La Corte argumenta que Zelaya fue destituido por un mandato judicial y "no puede reasumir la presidencia". El Congreso se iba a reunir a última hora del miércoles para definir su posición.
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