La politóloga Laura Chinchilla, de 51 años, asumirá la presidencia de Costa Rica hoy, con lo cual la pequeña nación centroamericana de 51.100 kilómetros cuadrados y 4,5 millones de habitantes tendrá por primer vez en su historia a una mujer al frente del gobierno.
Madre de un hijo y casada con el empresario español José María Rico, Chinchilla ganó las elecciones celebradas en Costa Rica el 7 de febrero tras ser postulada por el oficialista Partido Liberación Nacional (PLN), de orientación socialdemócrata.
Para sus adversarios, su victoria en esos comicios representará la continuidad de la línea impuesta por el actual mandatario Óscar Arias, quien fue uno de los principales baluartes en la postulación a la candidatura. No obstante, ella insiste, luego de los comicios, en que imprimirá a la gestión de cuatro años que se avecina su propio "sello".
Durante la campaña política se presentó como una mujer "firme y honesta" y de línea "independiente", pese a que algunos de sus adversarios siguen considerándola como una especie de "alfil" del actual gobernante.
El inicio de la carrera política de Chinchilla se remonta a los años 90. De 1994 a 1996 ejerció el cargo de viceministra de Seguridad Pública. En 2002 dirigió la campaña del hoy disidente de su partido Rolando Araya y ese año resultó electa diputada. En 2006 fue designada vicepresidenta de Arias y tuvo como recargo el Ministerio de Justicia.
Chinchilla dice que impulsará un gobierno dirigido a proteger en especial a los sectores más pobres del país.
Además, tendrá entre sus principales retos combatir la delincuencia y el narcotráfico, y la creciente inseguridad ciudadana, uno de los principales problemas que afectan a Costa Rica.
De rasgos firmes, que contrastan con un físico menudo, la próxima mandataria costarricense es hija de un ex contralor de la República.
Durante la campaña política debió lidiar contra dos duros rivales, Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana, y Otto Guevara, del Movimiento Libertario, quienes fueron sus principales contrincantes en la contienda, a los que finalmente sacó amplia ventaja en las urnas.
En campaña prometió ayudar a los jóvenes y revitalizar la economía del país, duramente golpeada en 2009 por los efectos de la crisis financiera internacional. También afirmó que respaldará proyectos que fortalezcan la igualdad de género y a los sectores de la tercera edad.
En materia internacional dice que mantendrá la línea del actual gobierno, de establecer y fortalecer relaciones diplomáticas con la mayor cantidad de países y promover la apertura económica, y propiciará una política exterior de claro "sello verde", y de defensa del ambiente.
Tras resultar electa presidenta, Chinchilla sorprendió a sus opositores abriendo una línea de diálogo y negociación a fin de ganar espacios en la Asamblea Legislativa, donde su partido no obtuvo mayoría.
Esa posición le deparó los primeros frutos al lograr una alianza con el Movimiento Libertario, lo que le permitió a su agrupación dominar con facilidad la integración del directorio legislativo, que se instaló el pasado 1 de mayo.
El hecho de que sea la primera mujer en alcanzar la presidencia en Costa Rica y la tercera en un país centroamericano mantiene expectantes a los costarricenses.
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